Hoy nos ponemos el delantal para
cocinar con los peques. Os traemos una receta sencilla de magdalenas o
cupcakes, que no son lo mismo, pero que desde
lejos se parecen.
Estos son los ingredientes que
necesitáis (para unas 20 magdalenas):
- 4 huevos
- 200 ml de aceite de oliva
- 200 gr de azúcar
- 350 gr de harina
- 175 ml de nata
- 2 sobres de gasificantes de repostería (2 blancos y 2 azules)
- Una cucharadita de postre de azúcar vainillado
- Un plátano (maduro, casi de esos que ya no pueden comerse)
- Una tableta de chocolate (negro o blanco, el que más os guste)
Si no queréis cometer el mismo
error que yo, apuntad los papeles de magdalenas entre los ingredientes que
tengáis que comprar (los hay realmente preciosos). Yo, muy hacendosa el primer
día, me puse a cocinar. En el último momento me di cuenta de que no los tenía…
Y tuve que hacer bizcocho. Rico estaba, pero que no eran mis soñadas
magdalenas.
Además os hará falta un molde de
bandeja o, si no tenéis, os recomiendo unos moldes individuales (como para
hacer flanes) de los desechables de papel de aluminio.
¡Manos a la obra! Lo primero,
encendemos el horno para precalentarlo.
Nos ponemos con la masa. En
primer lugar batimos los huevos en un cuenco y los mezclamos bien con los dos
azúcares, hasta que la mezcla quede casi blanca (hace falta batir un par de
minutos).
Después, añadimos lentamente el
aceite y, seguidamente, la nata. Partimos el plátano en trocitos y lo batimos
(mejor con la batidora) con los líquidos. Por último, mezclamos los sobres
gasificantes con la harina y también al cuenco. Removemos bien hasta que la
masa esté bien integrada.
El segundo paso es preparar los
moldes colocando un papel en cada uno de ellos. Y echamos un poco de la masa
preparada. Lo ideal es llenar unos dos tercios del vasito (porque la masa
crecerá en el horno y así evitamos que se salga y conseguiremos una forma
bonita). La ‘guinda de nuestro pastel’ es la sorpresa: el chocolate. Ponemos
una onza de chocolate dentro de cada vasito, sin hundirla mucho (bajará sola
durante la cocción). Y ¡al horno! Debe estar a unos 200 grados y estarán dentro
unos 15 minutos, hasta que las veáis doradas. Una vez listas, sacar de los
moldes y dejar enfriar.
Las mías fueron simples, pero
podéis jugar a decorarlas. Seguro que a los niños les encanta esta parte.
¿A que tienen buena pinta?
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