28/5/15

PRACTICANDO SUMAS Y RESTAS

Se acerca el fin del curso y los niños pronto tendrán más tiempo libre para jugar. En los colegios suelen recordarnos que practiquemos con los pequeños lo aprendido durante el curso. Os traemos en este post un ejemplo de juego matemático. Una forma de jugar, hacer un proyecto juntos y ejercitar las sumas y restas. Mi hija y yo lo llamamos “el ascensor”.
La idea es sencilla. Si el ascensor está en el 5 y sube dos pisos (le sumamos 2) llegará hasta el 7. De la misma forma, si nuestro ascensor está, por ejemplo, en la planta 10 y baja tres pisos (le restamos 3) bajará hasta el 5.
Nosotras nos pusimos a pensar y nos imaginamos un ascensor que se elevase desde un precioso jardín hasta un cielo cruzado por el arcoíris. Y llevamos nuestro sueño al papel. Para ello usamos cartulina, varias hojas de goma eva y papel de colores, un juego de rotuladores, pegamento, cinta celo y unas pinturas de brillantina.
Empezamos recortando una tira de cartulina para hacer de guía de nuestro ascensor. Tiene que ser un poco más larga que la altura de la cartulina que vayamos a utilizar. En la tira escribimos los números de los pisos con un rotulador. Después hicimos un ascensor con goma eva, como si fuese un marco que se une a la tira por su parte posterior.


Después pegamos la tira a la parte de detrás de la cartulina y ¡ya tenemos un ascensor que sube y baja por los números!
 
El siguiente paso es decorar el fondo de la cartulina. Pintamos el arcoíris con rotulador y bordeamos cada color con pintura de brillantina. Recortamos unas nubes en goma eva y las pegamos a ambos lados del ascensor.
 
Hicimos el suelo con un papel de color verde de oscuro y los maceteros del jardín con verde claro. Las flores con forma de estrella y corazón las conseguimos recortándolas de papel amarillo y rojo. Para terminar, dibujamos los tallos y los centros con la pintura de brillantina. Y este fue el resultado final.
 
¿Qué os parece?
 

 
 

22/5/15

10 COSAS QUE NUESTROS HIJOS NO SE PUEDEN PERDER

Esta mañana, repasando mis redes sociales, he encontrado este articulo publicado por Imágenes Educativas con el titulo 10 Cosas que nuestros hijos e hijas deben de hacer en su infancia. Me ha llamado poderosamente la atención y me ha hecho plantearme algunas preguntas. ¿Qué querría yo que mi hija no se perdiera en su infancia? Y me he puesto, una vez más, a recordar… ¿Qué hice yo que me gustaría que hiciera mi niña?
 
 
No me ha costado mucho ordenar mis ideas. En algunas coincido plenamente con el artículo, y en otras no. Mi lista es esta:

1- Pasar días enteros en familia, jugando con los primos hasta acabar sudando como pollos. Da igual el lugar... En el campo, en casa.... Tener esa sensación maravillosa de formar parte de una familia en la que es querida y apoyada.
2- Viajar. Conocer mundo a su nivel. Ir a museos, visitar otras ciudades, acercarse a otras culturas... Esto creo que la enriquecerá enormemente y la ayudará a crecer como persona, a ser más comprensiva y apreciar a los demás.
3- Tener contacto con el arte y con la creatividad. Que viva rodeada de imaginación. Manualidades, juegos e inventos varios.
4- Cantar, bailar o actuar para un público. Pequeño o grande, pero para público. Tener esa experiencia de subirse a  un escenario y reencarnarse en otra persona. Que pueda notar los focos de frente, deslumbrándola. Los nervios del antes y la euforia del después.
5- Hacer una cabaña, montar una tienda o hacer una casa de la nada. Solo con lo que tenga a mano e imaginación. Que sea capaz de jugar con todo, de pasar horas como si fueran minutos y descubra que el tiempo vuela cuando te estás divirtiendo.
6- Tener contacto con la naturaleza y con la vida rural. Vivimos en una gran ciudad y quiero que sepa que esto no lo es todo. Que sepa apreciar la naturaleza y el medio ambiente. Lo bueno de pasar un día en el campo o una larga caminata por la montaña. Que, en el pueblo, pueda salir a la calle sola, sin miedo a los coches. Que vea que los huevos salen de las gallinas, la leche de las vacas y el jamón de los cerdos. Que se vaya a casa de “la Patro” a hacerle una visita o que la acompañe a por el pan.
7- Hacer trastadas a escondidas. Trastadas de las buenas. Esas travesuras inocentes que son tan encantadoras y que hacen que los peques sepan lo que es tener mariposas en el estómago causadas por la adrenalina.
8- Dormir, comer, merendar y cenar en casa de sus amigas. Esas primeras horas de independencia de los papás.
9- Acostarse tarde en verano, pasando las noches en el jardín de la urba. Jugando al escondite los más pequeños y charlando en un banco los mayores.
10 – Hacer voluntariado. Que sea consciente de lo que es ayudar a los demás, de la satisfacción que produce y de lo puede aportar. Hace unos meses me la llevé a la recogida de la operación kilo y la experiencia fue estupenda para ella.
 
¿Cuál sería vuestra lista?
 


15/5/15

HELADOS CASEROS PARA HACER CON NIÑOS

Esta semana nos metemos otra vez en la cocina. Pero nada de encerrarnos con el calor del horno... Esta vez nos vamos a hacer unos ricos, refrescantes y sanos helados.


Os traemos varias ideas fáciles que podéis llevar a cabo con los niños. Seguro que lo pasaréis estupendamente dos veces: al hacer los helados y al coméroslos.

¿Se os ocurre algo mejor para vencer este calor?

Si no tenéis ya, haceros con unas poleras o moldes para hacer polos. Son muy baratas y el resultado es casi profesional. Si no, podéis buscar alternativas como moldes de magdalenas, vasitos o cubiteras.

De frutas. Mezclando zumos de frutas se hacen maravillas. El truco para conseguir un polo con varios colores es echar un poco de zumo en el recipiente y meterlo a congelar. Cuando esté cuajado, echar otro zumo y volver a meter en la nevera. Y así sucesivamente. Los más atrevidos tienen la posibilidad de añadir trocitos de fruta al jugo para que los polos tengan tropezones. El límite lo ponéis vosotros.


Otra versión de helado de frutas se hace mezclándola con lácteos. Hay varias posibilidades: leche, nata, yogur o leche condensada para los más golosos. Yo los he probado de fresa y de plátano y están deliciosos. Basta con preparar la fruta y congelarla en un tupper o similar. Justo antes de comer se bate con una batidora que tenga potencia suficiente y el ingrediente lácteo. A mí me gusta echarle algo de azúcar para que esté más dulce. ¡A disfrutar!


Con refresco de lima y gominolas. Esta idea la encontré en internet y me parece súper original. Hacemos uso de nuestras poleras y las rellenamos de sprite (u otro refresco de lima) y gominolas. ¿No es precioso? A los peques seguro que les encanta.


Con yogur. Solo os hacen falta tres ingredientes: helados griegos (2), nata montada (250 ml) y azúcar (75 gr). Y la receta, muy sencilla, la podéis encontrar pinchando aquí



Ya sabéis que yo siempre apuesto por la imaginación. Hay tantas posibilidades que podemos jugar hasta casi el infinito. Por ejemplo, podemos hacernos un sándwich delicioso relleno de helado con dos galletas. Cubrirlo con chocolate fondant y decorar. ¿Qué os parece este postre?





8/5/15

LOS JUEGOS DE TODA LA VIDA

Ahora que ya tenemos buen tiempo apetece darse eternos paseos y tomar el solecito en la calle. Con los niños pasa lo mismo, da una pena inmensa encerrarles en casa,
¿verdad? Por eso os traemos al blog de El Pollito Ingles algunas ideas de juegos al aire libre, de los de toda la vida.

Qué maravilla lo de correr y gritar hasta acabar rendidos. ¿Os acordáis de lo divertido que era? Estos son solo algunos juegos que recuerdo de mis tiempos mozos pero seguro que, si buscáis en vuestra memoria, recuperáis muchos mas para pasarlo en grande con vuestros hijos.



El escondite. Es el clásico de los clásicos y no puede faltar. Es como una especie de fondo de armario de los juegos. La versión más sencilla implica que el que la ligue cuente (la cifra y la velocidad en mi barrio se decidían usando casi un algoritmo similar al de Google y necesitaría dos o tres post para explicároslo) mientras el resto de jugadores se esconde.

El que la liga les busca y, cuando les vea, debe correr hasta el punto en el que ha contado y decir: '¡Por Fulanito!'. El jugador descubierto también debe correr hasta el mismo punto y puede salvarse si llega antes y dice las palabras mágicas: '¡Por mí!'.
Recordad que no vale perrito guardián (que el que se la liga se quede muy muy cerca de donde ha contado).  El último en ser descubierto puede convertirse en el héroe del grupo si corre más que el malvado y pronuncia ese maravilloso '¡Por mí, por todos mis compañeros y por mí el primero!'. Se siente… Te la ligas otra vez.
 
Pi. En el centro de un espacio grande se coloca el poco afortunado al que le ha tocado la china, con los brazos extendidos en forma de cruz y los ojos cerrados. El juego consiste en contar desde diez hasta cero mientras los demás se esconden. Cuando termina la cuenta, debe buscarles pero solo puede moverse dando tres pasos en cualquier dirección. Si no ve a nadie, debe repetir la cuenta esta vez empezando la cuenta atrás desde 9. Los escondidos tienen que correr a tocarle los brazos y volver a sus escondites (o a otro mejor). Puede moverse otros tres pasos para tratar de desvelar dónde están los jugadores. Si no encuentra a todos, empezara a contar de nuevo desde 8 y así sucesivamente.

Guerra. Necesitáis una pelota. Cada jugador se pide un país y se colocan alrededor del que la liga. Este tendrá que decir toda esta retahíla: ‘Declaro la guerra a mi peor enemigo que siempre ha sido y siempre será...’ Y decir el nombre de alguno de los países. El jugador nombrado debe correr a por la pelota y los demás alejarse de él cuanto les sea posible. Al tener la pelota entre las manos gritará: ‘¡Sangre!. Al oírlo todos deben quedarse congelados en el sitio. Después lanzará la pelota a uno de los jugadores tratando de darle. Si es alcanzado, pasará a ligársela en la siguiente partida.

Balón prisionero.
También para este juego necesitamos la pelota. Se hacen dos equipos y se lanza la pelota del uno al otro intentando dar a algún contrincante. El tocado es eliminado y debe abandonar la partida. Si alguno de los jugadores es capaz de atrapar la pelota sin que toque el suelo, tiene la posibilidad de salvar a un compañero. Por supuesto, pierde el equipo que se quede sin integrantes.

Rescate. ¿Quién no lo ha probado alguna vez? Para mí es el juego clásico del recreo. De nuevo formamos dos equipos. El equipo que escapa sale corriendo mientras el otro espera hasta que se alejen. Después solo tienen que atraparles (sirve con tocarles) y llevarles a la cárcel. En ella los prisioneros se cogen de la mano formando una fila. Siempre pueden ser salvados por un compañero que choque con el último de la fila.

El escondite ingles. Un dos tres, escondite inglés. Sin mover las manos ni los pies. ¿Os acordáis? Todos quietos cuando el que la liga se da la vuelta y, mientras tiene los ojos cerrados, avanzando poquito a poco hasta su posición para ganarle el terreno. 

Y vosotros ¿a qué jugabais?




5/5/15

CREER EN LOS CUENTOS DE HADAS...

Quizás sólo sea una expresión Creer en cuentos de hadas, pero en El Pollito Inglés lo consideramos un mantra que nos ayuda a crear un ambiente positivo. Y esto no es por casualidad - como nada en esta vida - sino que tiene una explicación, cuyo origen está en los inicios de este Pollito...

No recuerdo en qué momento de la transición entre la alocada vida de la multinacional, los viajes, las prisas por los plazos inalcanzables, el malhumor por los malos modos y la quietud de los primeros papeleos de la vida emprendedora alguien me dijo que para emprender hoy en día había que creer en los cuentos de hadas. Y ojo, que puede parecer que me estaban dando esa valiosísima información como algo negativo, para desanimarme y hacer que tirase la toalla, pero no era así, sino todo lo contrario. Me estaban dando un consejo, que en realidad, era un secreto; un secreto mágico, me atrevería a decir. Y aunque yo estaba despistada con todas mis cosas (telas, diseños, proveedores, etc) supe darle a aquellas palabras la importancia que tenían, y supe que para emprender en los tiempos que corren, tienes que creer en los cuentos de hadas en el sentido positivo e idealista de la expresión. Y así es como uno se lanza a un mundo, en el que el objetivo no es tan sólo pagar las facturas - que también!! -  sino en satisfacer el resto de tus necesidades vitales. Emprender, es creer que puedes construir un medio de vida en el que encajen todas las piezas, las personales y las profesionales. Sin renunciar a ninguna ¡las dos son importantes!

Por desgracia, hoy nos hemos acostumbrado a pensar que creer en cuentos de hadas es algo de personas ilusas y soñadoras; y lo peor, es cuando esta forma de pensar trasciende a los niños y a los adolescentes. Yo pienso que la imaginación de los niños debería estar protegida en la Declaración Universal de Naciones Unidas, al mismo nivel que el amor, la tolerancia o la comprensión, y que debería fomentarse hasta por lo menos la mayoría de edad, para que cuando nos hagamos mayores, no nos veamos tentados a abandonar nuestros sueños, por miedo, pereza o una mezcla de ambas. 

En El Pollito Inglés pensamos que creer en cuentos de hadas significa, que si tienes una ilusión, una meta o un reto y trabajas mucho, le pones pasión y persistes, lo conseguirás. Quizás no siempre de la forma que esperabas, pero lo consigues. Antes o después. 

Y además, disfrutando del camino. 

Los niños tienen que soñar y tienen que creer en cuentos de hadas. Que nadie les quite ese derecho. 

                                                        ***

Y es a partir de todo este rollo que os acabo de soltar, de donde nació nuestro Fairy Dress. 

Al 50% de los que habéis leído hasta aquí, os habrá parecido un rollo tremendo con un claro objetivo comercial, el otro 50% habréis tomado conciencia del imaginario de los procesos creativos. 

Fairy Dress, 39€ (Disponible en http://tienda.elpollitoingles.com/)
Fairy Dress, parte trasera. 39€ Disponible en http://tienda.elpollitoingles.com/